Existen dos tipos de quejas: las quejas productivas, que son aquellas que promueven los cambios, y las quejas improductivas, que nos convierte en víctimas, dañan nuestra salud mental, y no nos conducen a ninguna parte.
Instalarse en la queja pasiva e improductiva no es saludable, ya que nos llena de pensamientos negativos. Por eso, hoy queremos ayudarte a transformar esos pensamientos en otros que te ayuden a buscar soluciones.
4 estrategias para cambiar los pensamientos negativos
• Cuidar el diálogo interno: el lenguaje condiciona nuestra forma de pensar. Para desafiar los pensamientos negativos, un buen ejercicio es preguntarte: qué es lo que pienso, por qué lo pienso y, sobre todo, el para qué lo pienso.
• Intentar darnos cuenta de qué nos está generando una emoción negativa y desarrollar un pensamiento alternativo, ajustado a la realidad y constructivo.
• Revaluar esos pensamientos: detenernos en su irracionalidad y verlos como una oportunidad de cambio en vez de como una amenaza.
• Equilibrar los pensamientos negativos tomando conciencia de los acontecimientos positivos que nos han ocurrido durante el día.
Aplicando estas estrategias, vas a poder ver las situaciones estresantes desde una perspectiva menos pesimista, lo que te ayudará a reducir el estrés y la ansiedad.
Por último, si notas que tus problemas y pensamientos negativos siguen persistiendo, te recomendamos acudir a un profesional de la salud mental para superar cualquier adversidad.
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