La dislexia es un trastorno del aprendizaje que supone la dificultad para leer a raíz de problemas para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se relacionan con las letras y las palabras (decodificación). La dislexia, que también se denomina «dificultad de lectura», afecta zonas del cerebro que procesan el lenguaje.
Las personas con dislexia tienen una inteligencia normal y, por lo general, también una visión normal. La mayoría de los niños con dislexia pueden tener éxito en la escuela con la ayuda de un tutor o de un programa de enseñanza especializado. El apoyo emocional también juega un papel importante.
Aunque la dislexia no tiene cura, la evaluación e intervención tempranas producen los mejores resultados.
Síntomas que pueden aparecer antes de la escolaridad y alertar sobre riesgo de tener dislexia:
Síntomas en edad escolar:
Síntomas en la adolescencia y adultez:
Causas:
La dislexia tiende a ser hereditaria. Parece estar relacionada con ciertos genes que afectan la forma en la que el cerebro procesa la lectura y el lenguaje, y con factores de riesgo presentes en el entorno.
La dislexia puede ocasionar una serie de complicaciones, entre ellas:
Tratamiento:
No hay una manera conocida de corregir la anomalía cerebral preexistente que causa la dislexia, un problema que dura de por vida. Sin embargo, la detección y evaluación tempranas para determinar las necesidades específicas y las técnicas adecuadas, pueden mejorar el problema.
Técnicas educativas:
La dislexia se trata con enfoques y técnicas educativas específicas, y se recomienda comenzar la intervención lo antes posible. Los análisis psicológicos ayudarán a los maestros a desarrollar un programa de enseñanza adecuado.
Qué pueden hacer los padres y madres:
Entender la dislexia ayuda a prevenir las secuelas emocionales, la desmotivación y el fracaso escolar.