¿Sabés qué es?
Es una enfermedad neurológica que consiste en dolores de cabeza recurrentes. Se presentan con diferente intensidad, frecuencia y duración. Comúnmente, el dolor se localiza en un solo lado de la cabeza y suele ir acompañado de náuseas y vómitos.
Existen dos tipos principales de migraña: Clásica o migraña con aura: se habla de la presencia del “aura” cuando antes de un ataque de dolor de cabeza intenso, la persona experimenta percepciones visuales tales como flashes luminosos, chispas, líneas en zigzag y hasta la pérdida temporal de la visión entre otros posibles síntomas sensoriales. Estas sensaciones pueden durar entre 10 minutos y una hora aproximadamente. Se producen antes de que se desate el dolor de cabeza, por lo que se habla de síntomas premonitorios.
Común o sin aura: este tipo de migraña es similar al anterior, pero se diferencia porque entre los síntomas premonitorios, no se produce el aura. Esta es la forma más frecuente de migraña.
Existen teorías para explicar la migraña, aunque no hay evidencia científica concluyente.
Generalmente los ataques de dolor desaparecen dentro del lapso de las 24 horas, pero pueden durar hasta varios días. Cuando no se producen ataques de dolor, el paciente no presenta ninguna clase de molestia o síntoma.
La frecuencia de los dolores de cabeza varía entre diferentes personas. Incluso un mismo paciente puede experimentar épocas de ataques frecuentes, y períodos en los que se producen de manera más espaciada. Una persona puede padecer más de una crisis por semana y luego pasar varios meses e incluso años, sin dolores.
La migraña suele presentarse por primera vez en la adolescencia. Generalmente afecta a personas de entre 20 y 45 años. Es más frecuente entre las mujeres que entre los hombres.
Síntomas.
Existe un grupo de síntomas premonitorios que se desatan antes del dolor de cabeza. Pueden durar desde una o dos horas, hasta un día entero:
El dolor de cabeza, suele ir acompañado por otros síntomas como:
Prevención y tratamiento.
Son muchos los factores que pueden desencadenar ataques de migraña: la dieta, el sueño, el estrés, la menstruación en las mujeres. Es por eso que se recomienda a quienes padecen migraña, prestar especial atención o incluso llevar un diario para detectar cuáles son los desencadenantes del dolor. De esta manera es posible, en algunos casos, reducir la cantidad o la frecuencia de los ataques.
Algunas personas que padecen migrañas con cierta frecuencia, se habitúan a tomar analgésicos de manera preventiva. Esto no es recomendable ya que estos mismos analgésicos, a causa de su uso crónico, pueden desencadenar la migraña, además de tener otros efectos secundarios.
Existen diferentes tratamientos farmacológicos para combatir la migraña. Una de las familias de medicamentos utilizados son los conocidos como “abortivos” que tienen por objetivo detener el dolor de cabeza una vez que comenzó la crisis.
Cuando los ataques son muy frecuentes o no responden a los tratamientos específicos, o en casos en los que por alguna razón esos medicamentos están contraindicados para el paciente, es posible administrar tratamientos preventivos que buscan reducir la frecuencia de las crisis y mejorar la eficacia de los medicamentos cuando estas aparecen.
Solamente el médico debe ser quien determine qué tratamiento seguir, estudiando cada caso en particular, los efectos secundarios de la toma prolongada de determinados fármacos y la respuesta que presenta cada paciente a la medicación.