Ante cada adversidad, problema, pregúntate, ¿para qué?... Olvidate del ¿por qué?, ¿por qué a mí?, ¿por qué me pasa siempre esto?, ¿por qué nunca…? El por qué lleva a justificaciones, a empantanarse en el pasado, a dar vueltas en círculos sin ver la salida.
Te propongo que te pregunte: ¿para qué?
¿Para qué me está sucediendo esto?
¿Qué tengo que aprender?
¿Qué pensamientos y/o creencias necesito abandonar?
¿Qué nuevos hábitos abrazar?
Estas preguntas te van a servir de disparadores para muchas otras para que puedas encontrar tu para qué, tu propósito, tu aprendizaje, un paso más adelante a tu crecimiento, evolución y felicidad.
¡Gracias a la coach Mariel Mejuto por estos consejos!