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Día Mundial del Lupus

    

El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que puede dañar cualquier parte del organismo.

Es una enfermedad que se presenta cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca sus propios órganos y tejidos. La inflamación que causa puede afectar distintos sistemas y órganos del cuerpo, incluyendo las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el cerebro, el corazón y los pulmones.

Es un trastorno crónico, es decir que los signos y síntomas tienden a durar más de seis semanas y a menudo, durante muchos años.

No se conoce la causa de esta afección, considerada una de las 8.000 enfermedades poco frecuentes, pero sí se sabe que existen diferentes factores predisponentes. Por ejemplo, la genética y las hormonas femeninas.

Signos y síntomas

El signo más distintivo del lupus es una erupción cutánea en el rostro que se asemeja a las alas abiertas de una mariposa en ambas mejillas y se presenta en muchos casos, pero no en todos, porque no hay dos casos de lupus exactamente iguales.

Los signos y síntomas pueden ser repentinos o desarrollarse lentamente, pueden ser leves o intensos y temporales o permanentes. La mayoría de las personas con lupus tiene una enfermedad leve que se caracteriza por tener episodios o brotes en los cuales las señales empeoran durante un tiempo, después mejoran o inclusive desaparecen por completo durante años.

Los síntomas más comunes incluyen:

  • Generales: decaimiento, pérdida de peso y fiebre.
  • Articulaciones y músculo: artralgias y artritis
  • Piel: Lesiones específicas:

- Lupus cutáneo agudo o erupción "en alas de mariposa": aparición de eritema en la región naso malar.

- Dermatitis aguda fotosensible. Erupción inespecífica después de la exposición al sol.

- Lupus cutáneo subagudo: se presenta pápulas y escamas como la psoriasis.

- Lupus discoide: son placas de enrojecimiento con una zona central seca. Al cicatrizar dejan un área central menos pigmentada y atrófica con márgenes más oscuras.

  • Lesiones inespecíficas: vasculitis (inflamación de vasos sanguíneos), fenómeno de Raynaud (puntas de dedos azules), enrojecimiento periungueal, palmar, úlceras, alopecia, etc.
  • Corazón y pulmones: pericarditis o pleuritis.
  • Riñón: se afecta con frecuencia y la gravedad es muy variable. Lo más frecuente es la nefritis.
  • Sistema Nervioso: las complicaciones neurológicas pueden ir desde un episodio psicótico, hasta dolor de cabeza, déficit cognitivo o depresión, y en casos más raros otras manifestaciones como epilepsia o alteraciones del comportamiento.

La incidencia y prevalencia del LES (Lupus Eritematoso Sistémico) varían en función del área geográfica y de la etnia analizada, se encuentra entre 4 y 250 casos por cada 100.000 habitantes. Afecta con más frecuencia y gravedad a ciertas etnias, como los nativos indígenas americanos, orientales y afroamericanos. Cerca del 90% de los casos corresponde al grupo de mujeres en edad fértil (Relación mujer/varón: 9/1).

Aparece sobre todo al final de la segunda década de vida del paciente y al principio de la tercera. Solamente en el 10-15% de los casos la enfermedad tiene su comienzo a partir de los 50 años. Asimismo, puede iniciar antes de la pubertad (20% de los casos). Su verdadero origen es desconocido, pero existen diversas teorías en las que intervienen diversos factores: alteraciones en la inmunoregulación y factores genéticos, hormonales y ambientales.

El pronóstico del LES es mucho mejor ahora que en el pasado, a pesar de que es incurable es una enfermedad altamente tratable.

En la década del 50, los pacientes con LES vivían menos de cinco años. Actualmente, más del 90% de los pacientes ha aumentado su supervivencia a más de diez años después del diagnóstico. Muchos pacientes pueden vivir relativamente sin presentar síntomas.

El pronóstico es peor para hombres y niños que para mujeres.

Existen tratamientos que permiten reducir el daño a los órganos y a las articulaciones, y aliviar el dolor y las inflamaciones, lo que permite tener una mejor calidad de vida. Depende de la gravedad del caso, pero puede consistir en la toma de corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroides o inmunodepresores, entre otros.

El lupus no es curable, pero el tratamiento ayuda a reducir los síntomas. Por eso, si tenés dudas o algunos síntomas de los que describimos, no dejes de consultar a tu médico.

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