La Lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica, que se contagia según el nivel de inmunidad del organismo o de contacto con el enfermo sin tratamiento. Solo el 5% de la población se contagia de lepra, aunque todos están expuestos a la bacteria en algún momento de la vida sin saberlo.
Afortunadamente, la lepra es curable y con un bajo índice de contagio.
Esta enfermedad solo puede transmitirse por el contacto frecuente con una persona enferma sin el tratamiento correspondiente, por eso es importante su detección temprana; pero por sobre todo que el médico, ante ciertos signos en la piel, tenga en cuenta el diagnóstico de lepra y solicite una biopsia para descartar o confirmar este diagnóstico.
Muchas veces, las personas llegan a un estadio avanzado de la enfermedad, porque no se la tuvo en cuenta o porque se consultó tarde, perdiendo la oportunidad de una detección temprana, a veces por un familiar que ha sido contagiado, por otro que está en un estadio avanzado sin tratamiento y que por vergüenza o desconocimiento no acudió al médico o simplemente abandonó el tratamiento. Por eso es importante que cuando se detecta un paciente con lepra se estudie todo su entorno familiar.
La lepra es una enfermedad lenta: los síntomas de la lepra tuberculoide, tardan alrededor de cuatro años en aparecer, y los síntomas de la lepra lepromatosa, alrededor de ocho años.
Los síntomas de la lepra tuberculoide son la presencia de algunas lesiones bien definidas en la piel, con tumefacción. Los síntomas de la lepra lepromatosa son la nariz crónicamente tapada y muchas lesiones y nódulos en la piel de ambos lados del cuerpo.
El tratamiento de la lepra tiene un período de 6 meses a 2 años, que no se debe abandonar en ningún momento para que sea efectivo.
La mejor manera de evitar el contagio de la lepra es el diagnóstico y tratamiento temprano de las personas infectadas. En el caso de los contactos domésticos, se recomienda la realización de exámenes inmediatos y anuales durante por lo menos cinco años después del último contacto con una persona en fase infecciosa.
Como ya dijimos, el diagnóstico de la lepra se basa en las lesiones cutáneas típicas de la enfermedad y se confirma al realizar una biopsia de una muestra de la piel afectada.
Todos los días, en el mundo, casi 600 personas nuevas son diagnosticadas y comienzan el tratamiento para la lepra. En 2018-2019, 283.000 personas fueron diagnosticadas y tratadas a través de la campaña de la OMS, y se llegó a más de 1.4 millones a través de campañas de educación para la salud y eventos de concientización sobre esta enfermedad. Se estima que millones más no serán diagnosticados. El 81% de los casos, se dan en tres países: India, Brasil e Indonesia.
En Argentina se detectan, en promedio, unos 300 casos por año desde el 2016. Si bien el número ha disminuido en más de un 30% en la última década, el registro de casos de lepra continúa, por lo que resulta clave sostener y reforzar las acciones contra la enfermedad.
El diagnóstico precoz y el inicio temprano de un tratamiento es la mejor estrategia para prevenir o erradicar cualquier enfermedad.
Ante cualquier duda, consultá a tu médico para contarle lo que sentís.
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