NOVEDADES

Card image cap 2022-09-15

Día Mundial del Linfoma

   

Los linfomas son tumores originados en células linfoides, un tipo de células de la sangre, que se localizan en los ganglios linfáticos y también en otras áreas u órganos que contienen tejido linfoide, como el bazo o la médula ósea. Pueden afectar a niños, jóvenes, adultos o ancianos. Algunos tipos de linfomas ocurren en ciertas etapas de la vida.

Tradicionalmente, se distinguen dos grandes tipos de Linfomas:
  • Linfomas no Hodgkin (90% de los linfomas)
  • Enfermedad de Hodgkin (10% de los linfomas)
A su vez, cada uno de estos tipos se divide en varios subtipos, que son enfermedades diferentes en su sintomatología, pronóstico y tratamiento.

El diagnóstico del linfoma, en las primeras fases de la enfermedad, puede ser difícil debido a que los síntomas no son específicos y pueden ser comunes a otras enfermedades.

Las manifestaciones clínicas son muy variables y dependen de cada tipo de linfoma y del estadio en que se encuentre la enfermedad.

Estas manifestaciones pueden ser:
  • Inflamación no dolorosa de los ganglios linfáticos, que pueden palparse en el cuello, por encima de la clavícula, axilas o ingles, entre otras localizaciones.
  • Fiebre de causa desconocida.
  • Sudoración abundante.
  • Pérdida de apetito y peso en pocos meses.
  • Tos, dolores en el pecho o problemas respiratorios, en las afectaciones de los ganglios del tórax.
  •  Picores persistentes sin lesiones visibles.
  • Fatiga y cansancio.
  • Dolor abdominal y aumento del perímetro abdominal.
La presencia de estos síntomas, a pesar de no ser específicos, puede orientar al médico hacia la búsqueda de este tipo de enfermedades y permitir un diagnóstico temprano que se fundamenta siempre en la biopsia (toma de muestra) de un tejido, generalmente de un ganglio linfático.

La detección precoz de un linfoma puede mejorar el efecto de los tratamientos y el pronóstico de la enfermedad. Los avances en los tratamientos y el diagnóstico precoz permiten actualmente la remisión y el control de un alto porcentaje de estos tumores, lo que mejora la calidad de vida del paciente.

El tratamiento dependerá del tipo de linfoma, del estadio de la enfermedad, de la edad y el estado general del paciente, pero en general se utilizará quimioterapia, radioterapia o la combinación de ambas. La transfusión de hemoderivados y, en casos de infección, la utilización de antibióticos, pueden completar los tratamientos. En caso de que la enfermedad reaparezca después del tratamiento, o el paciente no responda al mismo, puede ser necesario el autotrasplante de médula ósea.

Por eso, no olvides que una consulta a tiempo y referir a tu médico lo que sentís, puede ayudar a tener un diagnóstico temprano y un mejor pronóstico.
 
TE ESTAMOS CUIDANDO


Previo Previo


BENEFICIOS