El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo, que afecta especialmente a la comunicación e interacción social y se incluye dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA).
Quienes lo padecen también presentan dificultades en la flexibilidad del pensamiento, pero a diferencia del autismo se caracterizan por poseer un lenguaje fluido y una capacidad intelectual en general superior al resto de la población.
Son personas que suelen tener intereses limitados y preocupaciones inusuales hacia un objeto o actividad en particular.
No se ha encontrado hasta el momento el motivo que causa este síndrome.
El síndrome de Asperger se puede presentar en la infancia, en la adolescencia y en la edad adulta, hay varios indicadores del desarrollo de este trastorno a tener en cuenta:
Inmadurez emocional.
Rutinas autoimpuestas.
Intereses limitados.
Sentimientos de incomprensión y miedos.
Dificultad en la flexibilidad de pensamientos por eso es habitual que presenten problemas de adaptación con sus pares.
Dificultad para trabajar y mantener relaciones sociales de amistad o de pareja.
Ansiedad y Depresión.
Son personas muy perfeccionistas.
Presentan dificultad en la toma de decisiones.
Son personas muy directas que dicen siempre lo que piensan en ese momento, con poca empatía y por eso también tienen dificultades relacionales.
Pese a los diferentes síntomas mencionados, conviene recordar que estos se manifiestan en forma diferente en cada individuo, por lo que es necesario un diagnóstico individual para identificar su presencia e indicar el tratamiento adecuado.
Existen hoy en día, test y pruebas específicas para confirmar el diagnóstico, por eso es importante la consulta temprana con profesionales idóneos en el tema.
Además, existen pautas y sistemas de apoyo que tienen un carácter psicoeducativo y cuya función es promover la calidad de vida de estas personas y sus familias, trabajando para potenciar sus puntos fuertes y favorecer su inclusión y participación social.
Este tratamiento va dirigido a maximizar las capacidades de desarrollo, aprendizaje e interacción social y debe ser realizado exclusivamente con profesionales expertos en este tipo de trastornos.
Por último, cabe señalar que es importante proporcionar herramientas de autocontrol y ayudar a estas personas a tener una imagen positiva de sí mismos, situación que mejora mucho el curso de la enfermedad y la salud mental de su familia.
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