El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al 5-8% de la población mayor de 60 años, aumentando un 40% en las personas mayores de 90. Los síntomas pueden ser: pérdida de la memoria, cambios en la personalidad, cambios en el comportamiento, dificultad para comunicarse, problemas de orientación y delirios.
Etapas:
Fase inicial, con síntomas leves: Quien lo padece, mantiene sus actividades de manera autónoma y solo requiere de apoyo en tareas complejas.
Durante este estadío, se pueden producir cambios en la personalidad, como el desgano y la apatía, y el sujeto puede darse cuenta del deterioro de algunas de sus habilidades, provocando depresión y trastornos afectivos.
Fase intermedia, con incapacidad: En esta etapa se deteriora la capacidad de juicio y del pensamiento abstracto, dando respuestas incoherentes ante preguntas.
Fase grave: La persona afectada es completamente dependiente ya que pierde el reconocimiento de personas, como así también padece trastornos alimenticios por la falta de masticación, perdiendo el pleno control de su cuerpo.
¿Cómo ayudo a prevenirlo?
Si bien esta enfermedad no tiene cura, hay procedimientos que pueden ralentizar por un tiempo el empeoramiento de los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas como de sus cuidadores.
La ciencia continúa investigando para encontrar tratamiento a la enfermedad, como así también retrasar su inicio y evitar su avance.
Es importante para evitar cualquier enfermedad relacionada con el deterioro cognitivo como el Alzheimer, realizar tareas que puedan ejercitar la memoria y mantener así una gimnasia cognitiva lo más fluida posible.
¿Cómo?
En resumen, es importante toda acción que implique un esfuerzo cognitivo.
Realizar entre 5 o 7 ejercicios cognitivos semanales hará que la vida sea mucho más llevadera. Es conveniente comenzar con aquellos más sencillos, para ir abriendo nuevas experiencias y esfuerzos.